Informe de Coyuntura y Perspectivas Económicas del 2º semestre de 2018

Durante los dos últimos trimestres de 2018 la economía valenciana avanzó a tasas relativamente altas, pero se consolida claramente una trayectoria de desaceleración. De confirmarse los datos, nuestra economía podría haber crecido entre el 2,4 y el 2,5 por cien en el conjunto del año; un nivel sensiblemente superior al de las grandes economías de la UE, pero una o dos décimas por debajo de la media nacional y siete u ocho décimas por debajo del crecimiento registrado en 2017.

Por el lado de la demanda, tanto el consumo privado como la demanda externa están mostrando una inflexión en su trayectoria. La inversión privada se mantiene como el componente más dinámico. En el ámbito público, se ha producido un ligero repunte en el consumo y un crecimiento significativo en la inversión (principalmente en la licitación en ingeniería civil).

Por el lado de la oferta, la evolución de los sectores y las ramas que los componen continúa dispersándose. Dentro del sector primario, la agricultura y la ganadería siguen atravesando problemas estructurales y el nuevo curso agrario presenta un panorama adverso. La industria muestra un comportamiento menos estable, dinámico y homogéneo que en semestres anteriores y avanza a tasas sensiblemente inferiores a las de la media nacional. Algunas ramas se mueven en zona contractiva. La construcción es el sector más dinámico, pero parece haber “tocado techo”. El macro-sector servicios se desarrolla a muy buen ritmo, pero con menos intensidad que la media nacional. Ramas tan relevantes como hostelería y comercio al por menos han desacelerado sensiblemente su ritmo de avance.

El sector exterior acusa la ralentización de las principales economías destino de nuestras exportaciones y expediciones, así como la caída de las exportaciones del sector automóvil y el proceso del Brexit. El mayor avance de las importaciones sobre las exportaciones reduce el superávit de la balanza comercial.

Con respecto al futuro, los datos indican que a nivel agregado nuestra economía regional, al igual que la del conjunto de España, seguirán manteniendo el buen tono, pero continuará avanzando a tasas más moderadas.

Dentro de la demanda interna, su principal componente -el consumo de los hogares- seguirá moderando su crecimiento. En paralelo, la demanda externa se verá afectada por la mayor exposición exterior de nuestro enclave regional a las principales economías de la UE, cuya ralentización es incluso superior; por los cambios estratégicos en el sector del automóvil a nivel mundial; por la pérdida de dinamismo del turismo debido al resurgimiento de destinos alternativos, así como por los efectos del Brexit, sea cual sea su resultado. Otros ámbitos del entorno impulsarán la actividad, como la moderación de los precios del crudo y los bajos niveles de inflación y el mantenimiento de la política monetaria expansiva del BCE.

Con todo, nuestra economía podría anotar en 2019 un crecimiento en el entorno del 2,0 % al 2,2 %; una o dos décimas por debajo de la media nacional (2,2 % – 2,3 %), pero a tasas superiores a la de las principales economías de la UE. El crecimiento será dispar entre los principales sectores, destacando la construcción y los servicios. No obstante, en términos generales, debe destacarse que las bases de nuestra economía son sólidas y el tejido empresarial está saneado y mantiene sus expectativas para seguir invirtiendo. La inversión empresarial seguirá siendo el componente más dinámico. En este sentido, el escenario de menor crecimiento, pero a tasas superiores al 2 %, es compatible con la generación de empleo neto, aunque a tasas más reducidas en que los últimos trimestres.

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